miércoles, 17 de diciembre de 2014

When you instant message me

"You've got post". Lucía. ¿Qué cojones?

- ¡¡Eloyyyy!! ¿Qué tal te va todo? Hace mucho que no se nada de ti -en estos momentos, en algún local de apuestas de algún lugar del mundo, "Lucía se ha quedado sin rabos a su disposición" se pagaba a 1.05.
- Hola. Bien, deseando coger las vacaciones, ¿tu qué tal?
- Bien, aquí, ya sabes, con la universidad y esas cosas. A ver si saco un hueco y nos vemos un día de estos. - Así me gusta, sin rodeos. La cuota de nuestra apuesta ya rondaba el 1.01.
- Pues cuando quieras nos tomamos unas cervezas, que ya sabes que tengo todo el tiempo del mundo...
- Ayy, si estudiases algo...
- Si estudiase.. Bah, no me has hablado para pegarme el sermón y los dos lo sabemos.
- Jajaja nooo, es que hacía mucho que no hablábamos y tenía ganas de saber de ti. ¡Mira! - Una foto. Es ella... es ella teñida de pelirroja... Pelirroja... No sé qué parte de nuestro cerebro es la que dictamina la follabilidad de una persona, sólo se que esa parte estaba empezando a echar humo.
- ¿Y cómo te ha dado por ahí?
- No see, me dio el venazo ayer... además ya sabes lo que dicen de las pelirrojas no?- la cuota se desploma al 0.99, en algún mundo paralelo mi polla acariciaba ya su clítoris.
-Jajajaja sí, sí que lo se... -"y ya podría pegarsete algo hija mía"- Habrá que comprobarlo me parece a mí.
-Ayyyyy.. si es que tu y yo no deberíamos haber dejado de hablar..
-No me mires a mi.
-Ya, ya lo se.. es que una es tonta y se raya.. ya sabes, pero ya se me ha pasado.


Recapitulemos: Lucía, 23 años, estatura media, ni gorda ni delgada ni todo lo contrario. Follamiga (o más bien debería decir Estrellademaramiga) hasta que decidió que se había enamorado de mí. Uno puede comer mal un día y no pasa nada, al menos ha comido. Uno puede comer mal un par de veces al mes y si al menos la compañía fue buena no quejarse... Pero uno no puede comer mal todos los días y vivir feliz con ello. Yo no pretendía que todos los polvos del resto de mi vida fuesen malos, así que igual que encontró el camino del enamoramiento iba a tener que encontrar el del desenamoramiento. Parecía que ya lo había hecho, 6 meses después. Las he visto más rápidas.


- Me alegro
- Oye.. ¿cómo tienes esta semana?
- Pues a ver déjame pensar.. el miércoles por la mañana estoy solo en casa.
- ¡Genial! Que ganas que tengo de verte!
- Jajaja y yo a ti! Oye.. ahora que lo pienso, mañana voy a ir en coche a la universidad, si quieres te recojo en ciudad universitaria a eso de las 5
- ¿Enserio? Por mi perfecto.. si a ti te apetece...
- Ya sabes que yo nunca digo que no. Voy a irte dejando que debería dormir fea.
- Ok, ten buenas noches... que feliz que estoy!!
- Ya será pa menos
- Que mañana follo!!!
- Guárdate las energías anda, un beso.


Ya era mañana. Lucía llegaba tarde. Si cada vez que una mujer llegase tarde matasen un gatito todos los restaurantes de comida china del mundo estarían cerrados. Al fin veo aparecer su recién estrenada melena por la boca del metro... Me busca con la mirada, no me encuentra, pego un bocinazo al coche y echa a andar con prisas hacia mi.

- ¡Lo sientoooo! Es que me ha liado mi madre cuando iba a salir - me da 2 besos. Algún día entenderé esa costumbre. En 10 minutos vas a estar babeándome la polla pero me saludas con 2 besos. Es todo tan lógico...
- Bah, no te preocupes, ya estoy acostumbrado.. ¿Conoces algún sitio o elijo yo?
- Mientras no sea por aquí que estudian mis amigas me parece bien.

Invierno. Las 6 de la tarde. Cualquier parking es un buen sitio, además conozco uno cerca que está especialmente bien... Llegamos. Un par de coches aparcados dándose amor, lo típico. Nos pasamos atrás y me siento a su lado. Me mira. "Joder, esto ya lo he vivido demasiadas veces". Lucía era sosa, un cielo, pero sosa. Tanto salero para unas cosas y tantos complejos para otras. Alguien debería coger un día a todas esas y gritarles bien alto "Esta polla no se va a poner dura solo con que me mires. Mucho menos con esa cara"

Un par de cosquillas y ¡ups!, su boca se ha pegado a la mía. No sé en qué momento de mi vida aprendí a hacer cosquillas, pero sé que algún día debería devolver todos esos polvos que me han dado. Tenía los labios demasiado finos... Odio los labios finos. A veces pienso que antes de decirle a una tía "follemos" debería hacerme una paja. Todo se ve con otro color después de una paja. Tarde.

Nos desnudamos. Me la chupa. A cualquier cosa llaman chuparla. Al menos estábamos en el coche, a la frígida esta no le quedaba otra que cabalgar si quería polla. Saca un condón, pretende que me lo ponga yo. "Cuando llegues a casa borra su número, hazme el favor" suplica mi conciencia. Por fin la tenía dentro. Estoy seguro de que horas más tarde entró corriendo a casa y apuntó en su diario "13 de diciembre de 2010. Hoy por primera vez me tocó a mi encima". Le faltaba ritmo, se notaba que hacía años de la última vez que hizo algo de deporte. Un par de azotes la encendieron. Empezó a besarme guarro. "Quién lo hubiese dicho". Lo mismo se ganaba una segunda oportunidad. Le di la vuelta, me tocaba mandar a mí. Mientras mi mano buscaba su clítoris aumenté el ritmo. Gimió, se agitó, se corrió. "Ufff sácala, sácala, me estas haciendo daño" acertó a decir. "Si yo empezase a quejarme no acabaría" pensé. Le hice un favor y me corrí. Condón roto. Me miró, la miré.

- Me estas poniendo el coche perdido.
- ¡¿¡¿¡¿Se ha roto?!?!?! - Mujer, histérica. Nadie se lo esperaba.
- Tranquila, este polvo no vale un hijo.

"Regla número 2: Nunca aceptes un polvo estando de calentón".

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